Suelo equivocarme con las cosas más sencillas. Y propongo en un cara a cara frente al espejo retos imposibles de conseguir.
O no.
Solía sonreír a destiempo, y llorar en verano.
No tengo ni la más minima idea de filosofías baratas, y tampoco tengo interés en ello.
Por las noches siempre miro debajo de la cama, tratando de espiar los pequeños fantasmas del pasado, y la pelusa en cantidades industriales con la esperanza de que esta noche pueda dormir más tranquila.
Me caigo, y me doy golpetazos, no tengo ningún sentido de la orientación y eso ... eso me hace gracia.
Sigo sin entenderme.
¿Por qué digo ésto?, y no hago lo otro. Porque la intuición es la norma en mi vida.
y seguiré riendome a destiempo, barriendo las pelusas, pidiéndo perdón y todo eso en un continuo agitar de días, que como las hojas...van pasando
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