Ayer, viernes, cuando el tiempo cambio en Madrid, y el otoño se presentó de forma más seria ante nosotros con sus hojas caídas por el suelo, y su viento golpeándote duro en la cara fue cuando recordé que ya hace casi un año de mi viaje a Senegal.
-Joder, cómo pasa el tiempo.
Y como cuando era una renacuaja me vi cerrando los ojos hasta que solo quedaba una pequeña línea y pensé seguidamente que si algo lo deseas con mucha fuerza, al final acaba ocurriendo, asique desee con todas mis fuerzas volver a estar allí.
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Fotos: Sara Perdomo |
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