6.4.11

los zapatos que perdimos.


Lavapiés.03/04



Ya es como una costumbre: pasear mirando más al cielo que a los adoquines de la calle. Me encontré por las alturas con zapatos y botas colgados en cualquier alumbrado de la ciudad.
 Leyendas urbanas aparte.

Me gustó andar con todo Madrid mojado, sin paraguas (odio llevarlo), ver tantos puestos de fruta abiertos a las 9 y media de la noche.
Recapitular sobre lo que pensaba que podría ser esto, y lo que no fue. Lo que hay y lo que no.
S E N T I M I E N T O  A G R I D U L C E.
Cuando mis Converse no den más de sí, me acordaré de no tirarlas. Quizás las cuelgue yo también. Cerca de casa, si no las puedo llevar al menos ¿qué mejor que un paseo por las nubes?.
Pues eso, los zapatos que perdimos.

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