Y...sin más lo único que quiso escuchar fue nada.
Ni tan siquiera fue capaz de decirle lo equivocado que estaba.
Y colgó el telefono alegando urgencia por terminar cualquier trabajo que se apilaba en su escritorio.
Su cuerpo estaba cansado y no por el ritmo acelerado de las últimas semanas.
Dos horas más tardes, cinco películas fallidas y con una sensación de tristeza que le podía se quedó dormida encima de la colcha.
Con su olor , pero sin él.
Al día siguiente, se despertó con una sensación extraña en el estómago, pero con el cuerpo más descansado.
Un zumo de naranja y una ducha fría ayudaron para afrontar el inicio de la jornada.
Reuniones, café, metro, gente y más gente, proyectos...
Y de pronto, en medio de la calle y en forma de pregunta tonta. Tan tonta como...
-¿Qué sabes de él?
Se dio cuenta que para nada lo habia superado.
M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cualquiera puede dejarme su mensaje,¡anímate!