Y me asaltan las coincidencias. Me quedo atónita ante la posibilidad de quererle por doceava vez.
Lo he querido por palabras, por encanto y por miedo a perderle. Pero nunca le quise por costumbre.
Luces y sustos entre mis manos que provienen de sus mismos ojos. Esos mismos que un día te miran con una mezcla entre sorpresa y alegría contenida. Y huele a inocencia porque no huele a nada, pero lo que realmente me gustaría saber es cómo huele su alma.
No duerme porque no quiere soñar, lo que no sabe es que yo no duermo porque no dejo de soñar con el.
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| Andrew Wyeth |

Eres la persona mas increible del mundo
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