30.10.13

Sobre las ausencias y el verano.


Como uno de esos amores de verano, que te dejan hinchado de la felicidad, bronceado y con la sensación de eterno Julio en la piel.
Como uno de esos perfectos desconocidos que se convierte en tus días y las ganas de que pase contigo las noches.
Como el respirar y el sabor del aire que te renueva por dentro.

No se porqué Pájaro, desde hace semanas me viene la idea de un cambio radical en mi vida, quizá cambie el color de mi pelo, o la marca de filtro para mis cigarrillos... o aún mejor podría irme a vivir a París.
Tanto se ha dicho de esa ciudad... que ya no se si creérmelo ¿Qué tal si voy y lo compruebo? Pero no sé, no sé...creo que debería comprar un par de zapatos nuevos, negros sí, y quizá un borsalino en color burdeos como el vino tinto de las bodegas de Borgoña.
También debería mejorar mi postura, deja que desear para una ciudad tan fina, parezco despistada con ese caminar tan desgastado. 
Pero no estoy perdida ni despistada, solo que a veces me duele el corazón y otras veces hago que le duela a los demás, ¿entiendes?
A veces me pierdo en las noches, y duermo hasta altas horas de la tarde. Por el placer de dormir, por el mero placer de dejarme acunar por sueños extraños que me acercan aventuras que en esta vida no podría alcanzar a vivir.
Cambiaré de paso y me dejaré ir, cuando tenga conciencia real de lo que significa un día , cuando sepa que las horas las tengo contadas, y los paraísos no existen sino es entre sus brazos.

Mi nuevo "déjate ir" es la lluvia. Parece simple, pero al mismo tiempo es extremadamente complicado. Todo empieza cuando después de casi treinta años sientes la lluvia de verdad. Y viene de casualidad, un día quizá en un parque, quizá en tu ciudad y en compañía y sin que el cielo siquiera este gris o de ese azul electrico que avisa tormenta. Van cayendo desde el mismo cielo unas cuantas gotas. Lánguidamente con elegancia y casi pidiendo permiso por caer sobre tu cabello, sobre tu rostro y sobre tu piel... por mojarte la ropa, por mojar ese beso, por propiciarlo y después dejarlo morir un par de meses más tarde.
No sé ni que estoy escribiendo, ya te habrás dado cuenta de lo caótico que resulta. Pero seguro que en mis sueños o en París lo entenderían.
Por lo demás ¿qué decir? creo que ya se que cambio quiero. Primero me corto el pelo, segundo deshago las maletas y tercero voy en tu busca.
Porque no puedo dejar que algo así se escape, y Pájaro se que tu estarías de acuerdo conmigo en eso.

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