Te enamoré. Te desesperé, para meses más tardes pasar a ser un recuerdo borroso, casi indoloro.
Un recuerdo que a veces se diluía, y otras aparecía con fuerza caminando por el pasillo de tu casa en alguna noche cerrada.
Y te encontraba despeinado , deambulando , con aliento tibio del café, buscando ideas con desesperación para tu próximo artículo.
Tú, maravillosamente ordenado, con todo calculado y milimetrado hasta los sentimientos. Yo, como una sombra proyectada que resplandecía, dibujando el contorno de mi cuerpo que tan bien conocías en finos hilos de plata.
Otras veces te parecía verme tomando mate, dibujando planos y leyendo viejos manuales por el Cafe de la Esquina. Esos días te ponías de un humor de perros y los documentos que te tocaba traducir no tenían ni pies ni cabeza.
Te escribo a tí, años más tarde para hablarte de mi realidad, mi realidad aumentada. Caleidoscopica, de muchos colores a veces, muy gris otras sin tan siquiera matices.
"Matiz" , que palabra tan bonita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cualquiera puede dejarme su mensaje,¡anímate!