Me gusta mucho Munch, desde siempre. Puede que sea por mi personalidad que tira un poco más a lo gris que a los colores calidos. Y que le inspira más una figura desolada que envuelve con su pena, que paisajes que muestran alegrias difusas.
Me quedo durante mucho rato escuchando y viendo " Skrik" como grita su angustia o soledad (no lo se bien) Y ,mientras, el cielo sigue, sin inmutarse del sufrimiento de este ser ,con total fluidez ofrenciendo un espectáculo de colores anaranjados hasta que el sol se termine por ir.
Ahora que lo pienso...creo que nos acostumbramos demasiado rápido a los amaneceres y a los atardeceres, pero eso ya es otra cuestión ¿no?
No tengo ni idea de arte, y ando bastante pez en nombres de autores y obras, lo cual no me hace sentir muy orgullosa pero esto no va de eso.
Veo las obras de Munch y pienso que estan a otro nivel porque no me limitan a la vista, sino que puedo oir sus cuadros y puedo sentirlos.
En un lienzo hay más dolor y tristeza del que hayamos podido vivir tu y yo en dos vidas, pero al mismo tiempo son emociones que tu y yo hemos vivido también alguna vez: miedo, angustia, soledad y desesperación y casi casi... Rozando un poco la locura.
Esto es la vida sin edulcorantes, que parece que vas enterandote más de como van las cosas conforme vas creciendo.
Y cuando por el motivo o los motivos que sean tienes dolor y rabia y sientes tanta soledad y angustia, cruzas el umbral. Y ahí, ya no hay vuelta atrás. Eres un poco como esas pinceladas de Munch, y ves las cosas más claras aunque mas oscuras.
Como si la verdad se abriera ante tí ( ya nos gustaría) pero no.
Pero lo que de verdad importa de esos umbrales, es que una vez que los cruzas ya no vuelves a ser tanto como eras antes, y tu "yo mismo" ya no es tan autentico, transparente e inocente, porque ya ha sido herido.
Es como la piel del caimán. Porque sí, porque me apetecía acabar con esta frase al final.
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| Edvard Munch |
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