15.5.13

mundos aparte


-Quizá te suena inapropiado...
-¿El qué? 

Y da una profunda calada al cigarrillo que le acompaña desde hace diez minutos. Y mira lejos como si en esa oscura y lluviosa calle, en  escalones sucios se encontrarán las soluciones a todos sus dilemas, a sus dudas.
Y por primera vez me fijo en sus ojos, son bastante profundos.
¿Verdes? ¿azules? No sabría decirte. últimamente no miró mucho a la gente a los ojos, camino por la calle viendo adoquines y rayas del suelo, me he perdido bastantes azoteas y cielos de la ciudad. Creo que es hora de despertar.
Pero vuelvo a mi casi perfecto desconocido y a la conversación.

-Besarte... que me encantaría besarte.
Y lo primero que pienso es que chico, un beso no se pide. Un beso no se ruega, ni se comenta con premeditación. Un beso nace, surge, o muere. Lo que quieras.
De igual forma no me siento incomoda. Rechazo la ¿proposición? con tranquilidad y sutileza.
Y a ti tampoco parece importarte. No soy la presa que esperas, ni tu el cazador por el que te haces pasar.

Esa noche hemos coincidido y hemos charlado plácidamente. Pero en el fondo ambos sabemos que ni yo soy para ti ni tú para mí: somos de mundos aparte.
Tu aspiras a mujeres que sepan para que sepan comportarse en una cena de gala, que hablen un exquisito francés, ruso y se defiendan con el chino, mujeres de melenas plateadas despeinadas, con vans y pasaportes a reventar.
Y yo que me busco a mí, a mi orgullo y que me enfrento mi futuro y mis relaciones frustradas. Yo...que aspiro a París.

La noche ha acabado ágil. El resultado es: una sudadera prestada que no recordé devolver, mis pies cansados con tacones, y la sensación de vivir en una misma ciudad pero de pertenecer a un mundo aparte de imposible acceso.
Vuelvo a oler la sudadera, y me gusta como huele. No porque sea de mi casi perfecto desconocido sino porque huele a como cuando era feliz contigo, huele como a perfecto caballero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquiera puede dejarme su mensaje,¡anímate!